El gran inconveniente que supone no estar a pie de calle en un local hostelero, este Atril 21 lo suple con una aceptable oferta. Este restaurante ubicado en la quinta planta del Teatro Campos, dispone de buen menú que de manera eficaz sirven. Y como fuimos pronto y apenas había gente, el servicio fue próximo y cercano, amable y dispuesto. Me decante por un arroz con calamares y una merluza en salsa verde, remantando con un rico tiramisú. Todo correcto sin grandes excesos. Esto de excesos lo digo con mucho respeto, ya que el precio es un indicador de la manera de valorar las cosas, me lo dejo bien claro un hostelero enfadado por mi comentario sobre su local.
Hay cosas que no tienen precio y que van muy unidas a las formas de quien las dirige; una lubineta o un arroz con ali-oli pueden ser muy caras sin las formas en las que nos las ofrecen no son las más adecuadas. Entendiendo adecuadas aquellas que como dice….no sé quien…no hagas lo que no te gustaría que te hiciesen. Pues bien, tras todo esto me quedo satisfecho, si cuando acudo a un local, me tratan “normal” como “normal” y pago “normal”
El en Atril 21 es un sitio “normal” que tiene el valor añadido de estar dentro de un teatro y hablando de teatro y opiniones; lo que hace que un teatro o un restaurante se llene y perdure en el tiempo, es el buen servicio, el buen producto y no, los comentarios que un gacetillero como yo pueda contar.
Y dicho esto, me voy…no sé donde, pero como terminator…Volveré y siempre me identificare. Besos
jabier@lavisita.com
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