sábado, 14 de abril de 2012

Caminatas, tertulias con Sote, Miriam y Edu hasta Chatun pasando por San Benito

Semana Santa entre pinares y nieve

No estudie demasiado filosofía, pese a estar muy unido a ella durante bastantes años, pero ese tiempo me ayudo a entender los Diálogos de Platón y darme cuenta que caminando, pasando las ideas, los pensamientos salen al camino y fluyen como el Piron por el Puente Madera.
Este río sin demasiada relevancia ha sido y lo sigue siendo testigo de muchas de mis reflexiones y pensamientos que buscaban solución a mis preocupaciones. Así y en este marco, aprovechando la estancia en Samboal, aprovecho cualquier escusa para Dialogar cual Platón por estos parajes que son una gran fuente de inspiración.
Aquí en Samboal, esta Miriam Vela, que aun sendo “peguera” como los de Bilbao que nacemos donde nos da la gana ella tiene puesta su vida aquí, sin renunciar a Navas de Oro, localidad próxima a no más de ocho kilómetros. Sote Muñoz y Eduardo Pilar son una de esas parejas para envidiar sanamente…¡Como les envidio! Llevan más de veintiséis años juntos y siguen teniendo la misma pasión que cuando él con veintiuno y ella con diecisiete se juntaron.
Pues en estas circunstancias….con Samboal de fondo, con Edu, Sote y Miriam, da igual donde vayas, por donde camines que el “mientras” esta bien asegurado.
Inicialmente habíamos pensado ira hacia Coca, pero cuando sugerí una ruta que meses atrás había realizado solo por Pinarejos, le gusto la idea. Eran las nueve y media de la mañana y sin ninguna prisa y también sin ninguna pausa pusimos nuestros pies camino del pinar, que como siempre, sorprendente y complaciente había albergado una buena y sorprendente nevada que nadie esperaba.
Por caminos de tierra pero cubierto no más de diez centímetros de nieve, fuimos a paso tranquilo. El pinar estaba bello, guapo, hermoso con esa magia que la nieve otorga donde se posa. Edu y yo nos habíamos adelantado unos metros y por diferentes parajes de los que no recuerdo sus nombres, Edu me iba recordando alguna de las anécdotas cuando él aun vivía en Samboal con sus padres, Luis y la Candelas y la agricultura era su medio de vida. Para mis adentros pensé que no en muchos años, la gente volverá a los entornos rurales y buscara otras formas de vida menos urbanitas.
El trabajo, siempre es un tema recurrente y más a las personas que nos gusta lo que hacemos. A Edu, le gusta lo que hace y aun ahora que con más carga de trabajo ve como sus horas se prolongan, no pierde el brillo en la mirada y su ojo gatuno que tiene. Edu es una gran persona y lo demuestras con su mirada limpia, sin empañar ni desenfocar lo que ve.
Sote y Miriam siguen atrás, no más de veinte pasos y en una de esas miradas de Edu, oteamos los alrededores que francamente son preciosos. No nos damos cuenta de todo lo que tenemos por que muchas veces la velocidad a la que caminamos nos impide ver el detalle.
Aquí.- Habla Edu.- Estaba el Molino, y este canal era el que servia para el agua. Más allá estaban los lavaderos y gente que hoy vive en Samboal, aquí tenía su casa.
El Molino era un pequeño poblado donde una familia aprovechando el cauce del Arroyo Malucas ejercía las labores de molinero. Todavía quedan algunos vestigios, pero no conseguimos ver los lavaderos que antaño tan higiénico servicio cumplían.
Seguimos el camino un tanto despistados por que la nieve ha tapado todos los caminos y apenas atinamos a descubrir cual es el correcto. Saco mi teléfono y con la función de mapa, miramos donde podemos tirar. Aquí en este punto el pinar esta descuidado y tiene árboles desigualmente plantados. No cunde el pánico, ni una sola gota de nerviosismo, cuando digo que siguiendo recto encontraremos el Caserío de Gallegos y San Benito. Así fue, no pasaron mas de diez minutos y vemos la ermita del Santo y las ruinas del Caserío donde el tío José parece ser que un día volviendo de Samboal y estando un poco “empapado” de un vino que mareaba un poco, se enredo con una zarza que atrapo su chaqueta y presa del miedo por la noche cerrada en la que caminaba, susurraba beodo por lo bajinis….suéltame que como me de la vuelta te arreo, suéltame por todos los santos que te “buendios” no se lo que hago… Así estuvo hasta que la luz del día, le permitió girar la cabeza y cerciorarse que la zarza sin moras era la secuestradora del tío José.
Ya en el Casero Gallegos y con sesión de fotos, vemos el paraje de zona recreativa, con el pequeño escenario que tienen para el tercer fin de semana de Septiembre celebrar los pueblos del Carracillo una gran fiesta. Samboal parece ser que no entro en este envite por que cuando San Benito se acerco, le negaron el pan y quedo de esta manera excluido de tal festejo y encuentro.
Descartamos seguir hasta Pinarejos, aunque no quedan más de un par de kilómetros, por que Edu, nos empieza hablar de la Casqueria que ofrecen en un bar de Chatun. Encaramos así la carretera asfaltada que une Mudrian con Chatun, dejando Gomezsarracin a la derecha y en un suspiro llegamos a Chatun.
Sote conocedora del local por que su padre Eulogio, “El Manco” que fue guarda forestal de la zona, tiene bien conocido los bares con aperitivo del entorno. Así una de Morro, una de Mondejo y un cuarto de tortilla que dimos cuenta en el bar de Iván que así es como se llama el sitio.
Allí un lugareños con chaqueta bien presentado se me acerca y me pregunta si salgo en la tele….Como tengo respuesta preparada, salir, salir todavía no he conseguido salir por la tele. Se me puede ver, pero no tengo el poder de traspasar el cristal. El hombre en si, era de Chatun, pero quien le acompañaba era un hombre de Remondo que con mas de cuarenta años viviendo en Bilbao y trabajando en telecomunicaciones, respondía al nombre de José Mari. Educado, y con buenas maneras me hablo de su trabajo en Bilbao y su origen segoviano.
Seguimos dando cuenta de lo que nos ponían en la mesa y si la felicidad es algo, debe ser muy parecida a este momento que los cuatro estábamos pasando entre bocado y conversación. Que afortunados nos sentíamos por poder disfrutar de este momento.
habíamos llamado a Isabel para que viniera a buscarnos y disfrutar de este momento, Miriam estaba cansada de la caminata. Una mañana, casi perfecta rematada por todos los productos típicos del cerdo en el bar del Chatun.
Gracias Edu, gracias Sote, gracias Miriam por producir estas sensaciones tan difíciles de encontrar en otros sitios. Gracias Isabel por estar ahí.
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VIA CRUCIS, Camino de El Henar en CUELLAR, Segovia

El Henar o el peregrinar con fe…
Edu, Sote y Miriam, una vez más me permiten acompañarles en una ruta que de crío recordé como el bautizo de los coches.
Desde Samboal en coche nos acercamos hasta Cuellar y una vez allí, bien pertrechados con buena ropa de abrigo pusimos destino al Henar.
El Santuario del Henar es un curioso lugar donde al estrenar coche los habitantes de la zona acuden apara que los Padres Carmelitas que allí ofician, bauticen el coche con agua bendita impidiendo así que la fe y la buena practica evite los accidentes.
Recuerdo el 127 que mi padre compro en un color aceituna rara y poco común. allí, sin cintos, ni sillas protectoras viajábamos desde Bilbao hasta Samboal en un trayecto que duraba más de cinco horas. Hoy ese recorrido se hace ya en algo más de tres horas.
El tiempo que todo lo cura, el tiempo que tanto vale….se puede ganar mas dinero, pero no se puede ganar mas tiempo, y con este metereologico que esta Semana Santa no acompaña nos ponemos a caminar en peregrinación hasta el Henar.
El camino esta ahora bien acondicionado y sobre asfalto junto a la carretera discurre entre casonas y fincas que bien pudieran ser escenario de alguna teleserie.
Cual protagonistas de estas, Edu y yo caminábamos por delante, hablando en profundidad de las cosas que realmente nos importan y estas raramente se pueden hablar en el bullicio o la indiscreción de los bares que tanto me gustan. Sote y Miriam, por detrás afanosas en conversación, gesticulan sus palabras y casi en la distancia podemos interpretar, sino de lo que hablan…como lo hablan. Como se expresan, como gesticulan.
Entramos en en Santuario que casi a oscuras y en forma de cruz tiene vistosa imagenieria y gustosa decoración. EN silencio y con acuítela recorremos el interior y los alrededores mientras las féminas llegan al culto.
Miriam que es desenvuelta, sociable no tiene timidez para hablar con quienes dentro hacen labores de conservación y limpieza, charla animadamente con un grupo de mujeres que pasan plantas de una estancia a otra.
Descubrimos gracias a ella un patio interior, que repleto de platas de todas formas y tamaños decora el recinto. En el interior viven seis Carmelitas y sospecho que algún organista, ya que según tengo entendido tras mi visita a la Colegiata de Zenarruza donde también hay Carmelitas, esta orden religiosa solo rezan cantando y de ahí la necesidad de contar con un organista que amenice los rezos que desde primerísimas horas de la mañana se escuchan.
Una vuelta por los alrededores que tienen cafetería, restaurante y zona de ocio, que abandonamos para desandar lo andado.
El mismo camino parece distinto por el solo cambio de visión y en esta mañana lluviosa de Abril, nos obliga agachar la cabeza y perder parte del encanto que tiene esta ruta. Es tierra de castilla que en estas épocas tiene todo el campo sembrado y presenta un aspecto verde y casi norteño. El trayecto como casi todos los de aquí es liso y llano, con apenas unas pequeñas chinchetas en el camino que nos salva la autopista que une Segovia y Valladolid.
Segovia es una provincia que ofrece mas posibilidades de las que sus técnicos en turismo saben trasmitir y quizás por ello, aquel que con ciertas inquietudes desee descubrir entornos amables, aventureros y gentes sociables, tiene en Segovia su destino.
Cuellar es uno de las localidades mas pobladas y urbanas de la provincia, tiene infinitos rincones donde curiosear y transitar, pero conocedores de sus encantos, renunciamos a ellos por un aperitivo en la localidad próxima de Remondo, donde Isabel nos esperara.
La caminata ha sido menos exigente que la del día anterior y el desgaste requiere menor avituallamiento. El Rincón de Ana, es el bar que en Remondo junto a la plaza mayor, abastece de pinchos bien presentados y ricos en sabor. Un vino de ribera del Duero atraviesa nuestros gaznates y sacia nuestra sed.
Los precios por esta zona, son muy económicos y permiten repetir ronda. El bar esta repleto de gente que no se extraña por la presencia de forasteros y es que la fama de este local ha sobrepasado fronteras y gentes de localidades próximas, acuden a la hora del aperitivo.
Hemos completado otra jornada de caminata, conversación, confidencias, y sobre todo de amistad con mayúsculas que difícilmente a las personas que sensibilidad se nos olvida. Gracias de nuevo por ello, gracias Isabel, gracias Edu, Sote y Miriam que sigue siendo esa niña pizpireta que de internado en internado desarrollo en su adolescencia ese puñado de virtudes que tiene y comparte….GRACIAS

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Café Padrinos Bilbao

Mi habito y obligación de ver tres películas a la semana para compartir y opinar, por que eso de la critica no me acaba de convencer, me lleva los lunes hasta los Multicines de Bilbao que en lo que fuera las “afueras” de Bilbao y zona de garajes y almacenes, alberga estos cines que han sabido flotar a todas las tempestades del séptimo arte en su parte mas empresarial.
Junto a los multicines y con el nombre de Padrinos hay una cafetería bar que amplia con barra a la derecha y mesas para platicar, ofrece una barra repleta de pinchos y sándwiches que llamaron mi atención. Deguste tranquilamente uno que acompañado de un refresco me permitió ver la dinámica y dulzura con la que la camarera latinoamericana ofrecía a sus clientes. Me gusto el servicio, sin servilismos que daba y el trato amable que sin empalagar ofrecía. Disfrute del refresco y el sándwich que sacio mi gusa antes de entrar al cine.
Esta en la calle José María Escuza de Bilbao, junto a los cines Mikeldi, el Padrinos.

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Interior Florinda Bilbao

Otro de los sitios que frecuento semanalmente son los cines Golem de la Alhóndiga donde el amable taquillero que sugiere y recomiendo las películas de estreno. Antes aprovecho en algún bar de la zona para tomar un café o refrigerio. Opte por el Hola que dentro de la propia Alhóndiga dispone de una barra maja y surtida. Pero todas las alabanzas que otro día lancé sobre este local, se fueron al traste por le conducta y actitud de una camarera que no se merece trabajar en un lugar como este.
era cerca de las diez de la noche y con una sonrisa amigable solicitamos mi acompañante y yo un par de colacaos, pero…no debió de gustarle mucho por que con el morro torcido y casi ofendida no dijo que no tenia, luego corrigió y dijo que tenia apagada la maquina. No insistimos mucho y acudimos al de al lado, La Florinda que un encargado avispado, ágil y diligente nos recibió en la puerta y pregunto, sobre lo que queríamos. Le dijimos que un colacao y sin un pero acudió hacia al fondo y mientras nos invito a sentarnos tranquilamente en una de sus mesas, realizo la simple operación de calentar la leche y llevarnos con una sonrisa en la boca, la consumación solicitada. El colacao nos supo divino y reparador. Bien presentado en unos vasos chulos y cuando escucho de soslayo que en el bar de al lado nos habían negado el servicio, alucino como nosotros del mal que puede hacer una mal camarero a un negocio. Cuenta debería tomar quienes permiten estas circunstancias por que flaco favor hacen a un local. Aplauso para el Florinda que siendo un local de comidas supo cubrir una necesidad con ánimo y ganas. Gracias por ello.
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Interior Bar Pofer Rekalde Bilbao

El Pofer es un bar de Barrio, y para más señas de uno de los barrios más castas y auténticos de Bilbao; Rekalde. Recuerdo como de niño cuado vivía en Sagarminaga quedábamos con los chicos de los diferentes barrios de Bilbao los sábados por la tarde después del cine, sobre las 17,30h. para pegarnos. Si, si, para “pegarnos” darnos de Hostias y demostrar así que barrio era el mas fuerte. Esta salvajada no dejaba de ser todo un acto de sociabilizar con los congeneres, ya que como digo, primero en el cine Bolueta a las tres y media veíamos la película de turno. Luego alterados por las acciones presenciadas, salíamos cual gladiadores o vaqueros, según función y en la campiña, donde esta hoy el polideportivo de Txurdinaga, nos liábamos a mamporros. Una vez saciada la adrenalina y con algún chichon aliñado con moratones, nos poníamos hablar con los rivales, para terminar con los brazos por encima de los hombros cual “nuevos amigos” No me preguntéis, ni intentéis buscar explicación en todo ello, el caso es que los de Rekalde nos ganaban muchas veces.
Hasta Rekalde y acompañado de mis hijas, Greta y Claudia fuimos para visitar a Fernando Ortega, excelente ceramista y escultor que tras su percance, que le tiene paralizado medio cuerpo, sigue creando autenticas obras de arte con una sola mano.
Afanosas y centradas en las piruetas que hace el barro, decidimos tomar un descanso y acercarnos hasta el bar que próximo al taller de Fernando alberga sus reposos…El POFER. No se a que viene el nombre ni me dio tiempo a preguntar, pero tras la barra un amble señor entrado en los sesenta atendía un clientela habitual y como tal conocedora de sus cosas. La tertulia y su expresión mas amplia de la palabra cogia forma y a medida que se acercaban clientes, se convertían en nuevos tertulianos, pero de esos que no necesitan focos o barbaridades para ser escuchados.
Un café, unos colacaos y un zumo fueron el argumento que utilizamos para ser espectadores de una trama costumbrista y cotidiana, llena de realidad y “sinceridad” Me gusto el fluir de las cosas y los comentarios que surgían sin tener que recurrir ni al tiempo, ni al Athletic.
El Bar Pofer esta en Rekalde ese barrio que siempre nos ganaba….
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miércoles, 11 de abril de 2012

Cuento LA MUERTE Y EL AJEDREZ

Era una noche oscura y fría. Daniel bebía un café sentado en su sillón
favorito en la sala de estudio de su casa. Su familia dormía, mientras
él reflexionaba sobre muchas cosas, tantas, que perdió la noción del
tiempo.
Eran las tres de la mañana, llevó su taza vacía al lavaplatos, y abrió
el refrigerador para prepararse algo de comer. Cuando cerró la
puerta, vio junto a él a una figura muy conocida, pero nada apreciada?
¡era la muerte!
La espectral imagen le arrebató el sueño en un instante, lo miró
fijamente y le dijo con voz tenue:
- ¿Sabes a qué he venido?
El asintió con la cabeza y dijo:
- Sí, lo sé, ya es mi hora.
Confundida, la muerte preguntó a su víctima: ¿No vas a llorar? ¡Todos
lo hacen! se arrodillan, suplican, juran que serán mejores, ruegan por
otra oportunidad; mientras que tú, aceptas mi llegada con resignación.
Temeroso aún y con un nudo en la garganta, Daniel respondió:
- ¿De qué serviría? Nunca me darás otra oportunidad, tú solo
haces tu trabajo.
- Tienes razón, yo solo hago mi trabajo.
- ¿Puedo despedirme de mi familia? preguntó Daniel con la
ligera esperanza
de recibir un sí.
- Tú has dicho que solo hago mi trabajo, yo no decido la hora
ni el lugar, mucho menos los detalles.
- Lo siento? dijo Daniel.
- No tienes que disculparte, poca gente piensa en su familia
mientras está en vida pero al llegar este momento, todos piden lo mismo.
- No lo entiendes, dijo Daniel con tono de reproche, yo perdí a
mi padre cuando tenía 15 años, y mi sufrimiento fue grande? pero mi
hija menor tiene tan solo 4, déjame decirle que la amo.
- Tuviste 4 años para decírselo, tuviste muchos días libres,
muchos cumpleaños, fiestas, y otros momentos en que pudiste decirle a
tu hija que la amas? pero ¿Por qué sólo pensaste en tu hija?
- Mi hijo mayor no me creería, y mi esposa, bueno? a ella no
creo que le interese si la amo o no. Nos hemos distanciado mucho. Pero
mi niña, no hay día que entre por la puerta y no esté ahí para
recibirme con un beso.
- Deja de hablar, se hace tarde - lo interrumpió la Muerte.
Pero? está bien ¿sabes? este momento hace que mucha gente haga
conciencia de cómo vivió su vida. Lástima que lo hagan demasiado tarde.
Ambos salieron de la casa, un extraño tren aguardaba en la calle y lo
abordaron.
- No todo es aburrido en el estado de muerte, no puedo decirte
lo que pasará al llegar, pero te propongo que juguemos una partida de
Ajedrez ?para matar el tiempo?.
Con sonrisa, y una lágrima Daniel le dijo:
- ¡Qué curioso! creí que no tenías sentido del humor?
El juego se inició. Daniel no se calmaba aunque comenzó ganando,
consiguió un alfil y un caballo. Pero era obvio que eso no lo alegraba.
La Muerte le preguntó:
- ¿A qué te dedicabas en vida?
- Soy? es decir, era un simple empleado en una fábrica de calzado.
- ¿Obrero?
- No, trabajaba en la administración.
- ¡Ah! Supongo que te encargabas de ver si faltaba algún
producto, o dinero.
- Sí, en parte así era.
- Hay algo que no entiendo ?
- ¿Qué es lo que no entiendes?
- ¿Por qué ustedes teniendo tantas cosas buenas por hacer, se
encierran en el trabajo, se olvidan de los sentimientos, no les
importan los demás, se vuelven egoístas y violentos, pero cuando los
visito yo, demuestran ternura, humildad, tristeza, miedo, e incluso
lloran? ¿Por qué esperan a que llegue yo, si ya nada pueden hacer?
- No lo sé respondió Daniel.
- En cambio, yo soy un simple ?peón?, haciendo lo que debo
hacer y nada más. Mientras ustedes son dueños de su propia vida,
capaces de decidir qué harán con ella ¿y para qué? si su decisión más
común es desperdiciarla viviendo sin manifestar cariño y amor.
- Te creí más cruel, comentó Daniel
- ¡Nada es lo que parece!
El silencio reinó por unos instantes mientras Daniel ponía en jaque a
la muerte.
- Dime? ¿qué pensabas cuando te casaste?
- Pensaba en ser feliz, en formar una linda familia, en formar
parte de la alta sociedad.
- ¿Y lo lograste?
- Es broma ¿verdad? Me encontraste solo en la cocina, durante
la madrugada, y te pedí despedirme de mi hija. Es obvio que no lo
hice. Si hubiese mostrado más amor a mi familia, la solicitud de
despedirme no hubiera sido necesaria.
Ya las lágrimas se habían secado del rostro de Daniel y de pronto
exclamó suavemente: ?¡Jaque Mate!?
La muerte sonrió y dijo: ?¡Felicidades!?
Daniel suspiró y respondió:
- Es una pena que no sirva de nada. No me importaba ganar, de
todos modos ya estoy aquí. Un simple juego de ajedrez no aleja mi
mente de mi familia, mis hijos, mi esposa.
Las lágrimas brotaron de nuevo en el rostro de Daniel y se lo cubrió
con ambas manos.
Mientras él sollozaba, la Muerte exclamó: ?¡Llegamos!?
Daniel intentó calmarse, pero al abrir los ojos estaba de nuevo en su
viejo sillón. Eran las 6:45 de la mañana, y en lugar de gritar ¡estoy
vivo! Como lo haría cualquier otro, salió al patio y dijo con voz
tenue: ?Gracias Dios mío?
Luego, entró a la habitación de su hija y la besó, a la de su esposa e
hizo lo mismo. Entró al cuarto donde dormía su hijo mayor, le hizo
cosquillas en los pies, y le dijo:
- Hijo despierta ¡es Domingo!
- ¿Papá, me despiertas para decirme que es Domingo?
- No hijito, no dormí, los desperté para decirles que los amo.
- Ya viejo, ven, échate un rato a mi lado.
Y después de muchos años, ambos se durmieron abrazados.

No juguemos esa partida de ajedrez, abracémonos ahora.
LaVisita
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