DECÁLOGO
PARA UNA GESTIÓN EMOCIONALMENTE ECOLÓGICA DE LAS TIC?s
1. Nuestras emociones son material sensible y delicado.
2. No debemos expresar siempre lo que sentimos. Es imprudente y necio,
a hacer un
striptease emocional ante desconocidos.
3. En ningún caso nos desahogaremos con «quien tengamos más a mano». Esta
conducta es contaminante porque convertimos al otro en el contenedor
de nuestra
basura emocional al expresar nuestras emociones sólo para quedarnos tranquilos
o aliviar nuestra tensión.
4. Cuando un mail tiene un contenido que nos activa emocionalmente:
nos entristece,
enoja, preocupa, sorprende, desorienta, nos molesta, nos altera...
debemos darnos
el tiempo necesario para procesar y comprender las emociones que sentimos y
para recuperar nuestra línea base de equilibrio.
5. Si somos los receptores de mails-basura es preciso cortar de raíz
la espiral del
rumor y el contagio por contaminantes. Lo que tenga que ver directamente con
nosotros, lo recibimos, lo procesamos y lo respondemos y lo que pertenezca a
territorios ajenos lo limitamos y eliminamos.
6. Lo mejor es no escribir mails que contengan emociones caóticas o
desagradables
aún sin procesar. El impacto puede ser tremendo y además ser
utilizados en contra nuestra.
7. Si queremos compartir algo con carga emocional negativa, lo mejor
es pedir un
encuentro personal para tratarlo lo antes posible, una vez tengamos
claro qué y
para qué vamos a tener la conversación.
8. Excepto las emociones agradables, de refuerzo o agradecimiento, es
mejor que las
demás no se gestionen en territorio virtual.
9. Tenemos el derecho a no responder los mails personales que nos
llegan y a tomarnos el tiempo de respuesta que consideremos oportuno.
10. Reducir, borrar, eliminar, y desprendernos de los correos
emitidos o recibidos, por
higiene mental. Una vez gestionados, borrarlos. Mantener limpia la bandeja de
entrada, guardar lo que deba ser guardado por prudencia y discriminando bien
cada caso. El resto, a la papelera y no olvidar vaciarla también.
PREGUNTAS DESPERTADOR
? ¿Es posible compaginar adaptativa y equilibradamente las relaciones
reales y virtuales?
? ¿Pueden enriquecer nuestras relaciones estos nuevos espacios virtuales?
? ¿Qué nivel de dependencia tenemos de las nuevas tecnologías? ¿Hasta
qué punto el vacío provocado por la desconexión nos desequilibra y
genera ansia?
? ¿Competencia virtual, incompetencia real?
? ¿Cómo saber si las informaciones que recibimos son fidedignas?
¿Cómo saber si nos engañan, si lo que vemos es real o
una burda manipulación?
? Nos buscamos en el buscador. ¿Nos buscamos en nuestro
interior? ¿Con qué palabras clave nos encontraríamos? ¿Cuáles
nos definirían? ¿Cuál es nuestro impacto en nosotros mismos?
? Qué legado habremos dejado en el mundo? Todo esto nos
debería ocupar. ¿Y si realizamos un estudio de impacto de nuestra
persona en el mundo real?
?
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