Muchas veces, escucho una canción y secuestra mis pensamientos. Eso me paso al entrar en el Teatro Campos de Bilbao, la pasada noche para compartirla con el actor Gabino Diego. Comenzó una música que me abstrae por los gratos recuerdos peliculeros que tenia.
El patio de butacas, esta a tope y ya solo ese hecho, hacen sentirme agusto, por que una de las cosas mas bonitas que hay, es encontrarse con un teatro lleno. El bisbisear del puiblico, notaba claramente la predisposicion de todos los asistentes, que en gran parte era un publico que rondaba los treinta y pocos, para pasarselo bien.
El día anterior había estado con Gabino y Noelia, la persona que desde Santurce le gestiona sus designios artísticos y la preocupación del artista, que siempre es continua y mas en Gabino, por saber que aceptación tendría su obra. Estaba un poco escéptico cuando le dije que la venta de entradas iba bien y ver que la Carmen Machi, estaba en el Arriaga, Enrique Viana en la Sala BBK, el Circo de los Horrores en la Plaza de Toros y otras tantas cosas mas, en locales con otros formatos, ponía la competencia dura.
Gabino salio y triunfo, Gabino salio y divirtió, Gabino salio y emociono, Gabino salio y no se marcho, por que gran parte del publico ovaciono y siguió hablando de todo lo que habían visto.
A mi me gusto y la referencia que tenia de hace siete años, cuando vi el espectáculo en el Teatro de Getxo, se renovó y reinvento. La función, que no es un monologo, ni una obra al uso, es un caminar sobre la historia de este Gabino actor, que es menos despistado de lo que aparenta. Mezcla bien los ritmos en sus diálogos y juega creando personajes que imita con gran perfección y de ahí que tranquilamente podía poner en el cartel anunciador, que le acompañan, Kike San Francisco, Jorge Sanz, Fernado Fernan Gomez o el Jimmy que tantas alegrías le dio, al intervenir en Torrente 2.
Llena el escenario y el teatro por que el cabrito, no para...arriba, abajo, para un lado para otro. Todo esto muy bien arropado por un escenografía simple, que con los efectos luminosos y sonoros que sitúan la acción obligando al espectador a desarrollar esa imaginación que todos tenemos.
Es un gustazo ir a teatro y ver teatro, es un gustazo ir al teatro y ver el patio lleno, es un gustazo salir del teatro y ver como la gente continua riéndose de todo lo visto.
A la función me acompaño, Lourdes Bedia, la que fuera creadora del grupo Louviers que tanto éxito con el humor tuvieron en la tela y por la escenarios vascos. Desgranando mas la función, desde su pauta hasta sus partes, coincidimos en que ha sabido, redondear y el espectáculo, que aunque el otro día duro algo mas de lo anunciado y llego casi a las dos horas, la gente ni miro ni un minuto su reloj.
Leído esto podría parecer que estoy haciendo campaña hacia Gabino, pero permitanme que les diga, que cuando el día antes, tuve la oportunidad de comer con él y entrevistarle, no hubo una buena conexión. Y de eso, solo me culpo a mi, que no fui lo suficientemente hábil para sacar a un gran actor todo lo que lleva dentro. Agradezco a Gabino, el rato que me hizo pasar, a mi y a mi gente por que funciones como esta me permiten vivir sin pensar demasiado. ¿para que?
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