Me reciben con una sonrisa que siempre se agradece y mientras espero me ofrecen revistas del año 2008, que aun siendo bueno el detalle, quizás mejor si se actualiza. La reserva fue clara fácil y eficiente, aunque conviene destacar que cierran Domingo noche, lunes y martes entero.
El restaurante Mina, www.restaurantemina.es situado en el Muelle Manzana, junto a la ría y próximo al Puente de San Antón en Bilbao, es uno de esos sitios que fácilmente puede decepcionarte, ya que son tantas las expectativas que sobre él se han generado, sobre todo en la red, que asusta su elección.
No lo elegimos por ubicación, ya que no es fácil llegar hasta allí, aunque bajándonos en la parada de La Ribera en tranvía y pasando el puente de La Merced, en pocos minutos podemos llegar.
Una vez dentro, el lugar es como su página Web, simple y con apenas ocho mesas, da un servicio, que si no hay muchos comensales puede resultar agobiante. El trato, es “excesivamente bueno” pero quizás y buscando la exquisitez o excelencia que se llama ahora, deberían recordar que el protocolo en la mesa, siempre indica que será la dama quien deberá recibir los primeros tratos y platos, al igual que la colocación de los elementos de mesa, como vajilla y demás. Mina es un lugar acogedor, aunque las sillas, por su material provocan el sudor del trasero si permaneces más de dos horas.
La Vajilla, cubertería y cristalería es francamente buena y original, como alguno de sus platos; Bonito Confitado con Berenjena asada y su jugo, Begi Haundi a modo de risotto, que ya en su justifican los 50€ que cuesta el MENU DEGUSTACION que ofrecen. No hay carta, solo MENU DEGUSTACION que varían cada día. La Sardina asada sobre un guiso de setas de temporada, siendo original, peco de espinas que un restaurante autodenominado como Cocina de Autor, debería cuidar. La Merluza acompañada de Sopa kanala estuvo justita en sabor y calidad, pero rápidamente olvidas esas carencias con los dos postres que con mas toques de originalidad y sabores arriesgados deleitan el paladar; Crema de Almendra con granizado de Ron y limón helado, para rematar con una mala presentación del Chocolate con crema de oporto y golosina esponjada de Tamarindo que descubre nuevos y ricos sabores en el paladar. Muy bueno, pero mal presentado y no hay que olvidarse que mucha gente come por los ojos.
Recomendable y con cocina diferente.
LO MEJOR
El personal de servicio, siempre pendiente del cliente.
Las ganas de agradar.
Lo original de alguno de sus platos con sabores nuevos.
La Vajilla, Cubertería y cristalería.
La valentía en su propuesta.
LO PEOR
Decoración simplista y sillas incomodas
Web pobre e insuficiente para un restaurante de esta categoría.
jabiercalle.blogspot.com
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