viernes, 11 de noviembre de 2011
Murallas de Avila
Aprovecho cualquier ocasión para escaparme donde haga falta, para que mis criaturas y yo mismo: Que uno también cuenta… disfrutemos y conozcamos nuevos sitios y lugares donde disfrutar. Así nos acercamos hasta Ávila y en una jornada, completa pero relajada, callejeamos por su parte antigua, descubriendo la singularidad de cada callejuela y su entramado amurallado que nos gusto mucho.
Y nos gusto mucho, porqueeeeee….es una ciudad que sonríe, una ciudad que escucha, una ciudad que te habla, y con la que no se tiene prisas. Ávila, tiene años, pero es actual y huele a pueblo y a joven lozana tras la ducha vespertina.
No solo sus murallas que nos abrazan, sino el Convento de Santa Teresa o la Santa como allí se la conoce, sino la iglesia de Santo Tomas, o la de San Vicente y su curiosa catedral con una estructura diferente y poco habitual en este tipo de construcciones. Me recordó a la iglesia de Pinarejos en la provincia de Segovia, que días antes había visitado en una de mis caminatas.
Frente al Palacio de Valderrábanos que ahora alberga un hotel, hay una Casa de Comidas, que con muy buen gusto y servicio nos ofreció el típico Chuletón de Ávila, que mi cónyuge, la familia y servidor homenajearon sin dejar casi ni unte. Alcaravea es su nombre y bien merece una no….dos o tres visitas.
Podría argumentar más motivos, pero siempre prefiero que cado uno encuentre los suyos y el que nos los encuentre es porque quizás no precisa encontrarlos….Aquí va el reto… ¿Te aparece Ávila?
jabier@lavisita.com puedes seguirme en facebook y twitter @jabiercalle
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