CAMPANILLA o el cine a reVentar.
Las estaciones del año, son buena excusa para animar y hacer una nueva entrega de Campanilla. A siete euros la entrada y con una sala, donde no cabía ni un alma. El publico guardaba silencio y atendía cada una las historias que se iba sucediendo.
Viajar a todo lo prohibido a todos atrae, a criaturas y mayores, por eso y acompañado de mis hijas, seguí atento las vicisitudes de una película con ritmo, trama y personajes que atrapan.
El tonto orgullo, al que tantas veces hago alusión, es el que nos impide crecer y crear. Crecer no significa cumplir años, sino ampliar a lo ancho los caminos de la vida. Para mi, la vida tiene que ser ancha y no larga.
Y en esa anchura, me dejo llevar por el vuelo de campanilla que emociona a mis hijas. Me dejo llevar por la perfecta ejecución de una animación que tanto en movimientos como en carecterización pasan del notable.
La historia, que no es lo de menos, ofrece situaciones que ayudan a entender, no solo a las criaturas que todo es posible, siempre y cuando, hagamos lo posible, para que sea posible.
¿Tu lo haces?
@jabiercalle
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martes, 20 de noviembre de 2012
CAMPANILLA o el cine a reVentar.
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