SER FELIZ
En cierta ocasión, en un encuentro de matrimonios, le preguntaron a una participante:
- ¿Te hace verdaderamente feliz tu esposo?
Este alzó ligeramente el cuello en señal de seguridad; sabía que su esposa diría que sí, pues ella jamás se había quejado durante su matrimonio. Sin embargo, la esposa respondió con un rotundo:
- No, no me hace feliz.
El esposo no sabía dónde meterse.
- No me hace feliz, continuó la esposa. Yo soy feliz. El que yo sea feliz o no, eso no depende de él, sino de mí. Yo soy la única persona de quien depende mi felicidad, yo determino ser feliz en cada situación y en cada momento de mi vida, pues si mi felicidad dependiera de alguna persona, cosa o circunstancia, estaría yo en serios problemas. Todo lo que existe en esta vida cambia continuamente. Sin embargo, a través de toda mi vida he aprendido algo: el único que no cambia es Dios. Por eso, mi pensamiento, cada día, gira en torno a esto: decidir ser feliz. A lo demás lo llamo “experiencias”; olvido las pasajeras y vivo las que son eternas: amar, perdonar, ayudar, comprender, aceptar, consolar, recordar.
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