A la vida le pido que me sorprenda, por eso no acudo a videntes y con ese escepticismo, he de confesar que he conocido por momento soy un poco incrédulo. Pero ayer por la noche jugaron en mi paladar unas delicias que por algo menos de un euro hicieron “ilusión” en mi boca. Un pincho en forma de pastel de Carolina a base de quesos, y con una presentación fácil de digerir. Lo digo, por que hay pinchos muy ricos que no hay dios que los coma, ya que en el primer bocado, se te deshacen, te pringan y no ha manera de disfrutarlos…Estos del Zuga…Si, se disfrutan. El local es un poco pequeño, pero cualquier esquina es buena para apoyar las bebidas. Sospecho que en breve la persona que gestiona el local, pronto estará mirando otro más grande.
Además de la Carolina, nos dejamos asesorar por el camarero dispuesto que al preguntarle sobre ese baso con palillo, nos hablo de un Atún marinado que también cosquilleo nuestro sabor. Un crujiente en forma de rollito de primavera relleno de gulas, fue el complemento que compartido con nuestros acompañantes nos supo a poco, pero también agradable y placentero. El trato muy amable y dispuesto, se agradece también…
Todo un descubrimiento para mi, que no había tenido la suerte de probar aunque ya me habían hablado del cocinero que lidera este pequeño bar situado en la Plaza Nueva en el Nº 12. Se llama David y aunque no tengo el gusto de conocer, si que disfrutare de sus creaciones. Muy recomendable….mucho.
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