Hace tiempo un amigo me dijo que se separaba de su mujer y lo que en un principio me pareció una rabieta, con el tiempo y las circunstancias he visto que la cosa va para delante, o mejor debería decir hacia atrás.
Tienen criaturas de por medio y mi cabeza como padre que también soy, inicialmente me hace pensar solo en las criaturas. Aunque ahora, me preocupan ellos…
Le pregunte si todavía le seguía haciendo “tilín” su mujer y no me contestó, por que no quise sacar interpretaciones y conocedor del oficio de comunicador, pensé que más que muchas palabras, deciden pocos y pequeños gestos.
Ha pasado más de medio año y la ruptura parece inminente. Estoy triste y apenado y me veo impotente porque creo que podría hacer algo por evitar este fracaso para todos. Me viene esa frase de que ignoramos a quien nos quiere, queremos a quien nos ignora, amamos a quien nos hiere y herimos a quien nos ama. Y si al menos esta frase nos sirviera para pasar a la acción. Yo te duro, lo que tú me cuides…porque si alguien quiere seriamente estar en tu vida, seriamente hará lo imposible por estar en ella.
Y al final todos queremos lo mismo…que nos quieran, que nos abrasen, que nos besen, que nos den muestras de aprecio y estima, que nos valoren. Algo tan “sencillo” y tan complicado.
La comunicación, el hablar y preguntarse por lo cotidiano del día es una gran herramienta que facilita el fluir de los sentimientos. Por el contrario el gran enemigo son las prisas y la falta de tiempo hacen sinoptizar el día y saltar “los pequeños detalles” de los que realmente está compuesta la vida.
Propongo pues que se provoquen estos encuentros tranquilos, como un café con tu chica, una comida fuera de casa a la semana. Y hacer de esas citas, auténticos encuentros, donde los pequeños detallen cojan volumen. Cuidar tu vestuario y jugar, a ver quien elige restaurante el próximo día. No hace falta que el sitio sea de alto copete, con un sencillo menú, podremos conseguir el efecto buscado. Y sino…una comida casera, sin niños… En fin que quien quiere…puede. Y queda prohibido decir te quiero y no demostrarlo, así que jamás esperes mucho de aquellas personas que prometen demasiado, es mejor estar sorprendido, que decepcionado. Y si ves que se aceleran y llenan la boca, ayuda y desacelera para que nos se estrellen contigo.
La convivencia es un aprendizaje continuo y diario donde las cesiones y concesiones, se negocian a cada minuto. No dejes que pase el tiempo sin que pasen cosas, no llenes tu vida de años, llena tus años de vida. Pero sobre todo… Quiéreme cuando menos me lo merezca por que será cuando más lo necesite.
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