PIN o el Parque Infantil de Navidad en el BEC 2011
Un año más para los que tenemos criaturas la cita ineludible del PIN, se convierte en una ensalada china, por lo agridulce del aliño.
Pero este año no me callare y seré concreto con los datos…
El PIN es un auténtico desastre porque carece de planificación, organización o cualquier sinónimo que se le parezca.
Para empezar, no es de recibo que un día como el pasado domingo las colas para poder comprar la entrada sean de más de media hora. Con el solo detalle de ver que ocurrió tal día como ese hace un año y repasen el histórico, comprobaran quienes organizan, que cada año ocurre lo mismo. Y allí me vi… en un atasco sin poder salir con la impaciencia de mis criaturas por querer entrar. ¿Es tan difícil planificar y tener la previsión de cosas como esta?
Si ya de por si la entrada la complican…una vez que estas dentro no puede salir. Solo al parking, y esto que no pudiera ser un inconveniente si el servicio de comidas fuera aceptable. Porque, por más años que acudo al PIN, no sé qué requisitos ni condiciones piden a las empresas de alimentación que he probado. Y aquí me refiero a los que están junto al Stand de Radio Nervión, Mesón El Riojano creo recordar, donde con un servicio justito, desafiante y poco dispuesto a dar servicio te ofrecen la bayeta si la mesa en la que te vas a sentar esta sucia. Y no se me caerán anillos, que s e dice, pero el perrito estaba incomestible, la hamburguesa se quedo entera y el bocata de lomo con excesos de aceites requemados sabía a todo menos a lomo. En fin que no seguiré por no calentarme, pero creo que no hay un control, ni criterio para determinados sitios. El año pasado estuve en el SAMAR y tres cuartos de lo mismo, con el agravante que nos pegaron un sablazo que ni el Águila Roja los lunes por la noche.
La cosa no acaba ahí, porque el caso aumenta cuando actividades con cierto éxito como el maquillaje de las caras, dispone de un horario y cuando preguntas alguna persona que por su indumentaria bien pudiera trabajar allí, te responde que no sabe y la que supuestamente sabe, te marca un horario y un sitio, pero hete aquí que la cola puede orientarse hacia varios sitios y como no estés en el sitio de los bravos que a la mínima amenazan con pegarte una paliza como sigas pidiendo explicaciones, pues el ingrediente agridulce aflora con la cara de disfrute de tus criaturas y el monstruo con pantalón de militar que mostrándonos su bocio, insiste que nos va a pegar una hostia…Por la inicial pronunciación y su bigotillo parroquial, creí que comulgaríamos el dulce pan, pero no…la Ostia que pretendía darnos era sin hache, que viene del latín Ostium,ostii y significa puerta.
Así que con esas amenazas y sin nadie de la “organización” haciendo nada, me vi relegado al caos y la falta de orden u criterio.
Consciente de lo fácil que es criticar, lo fácil que es destruir más que construir, propongo aquí públicamente que:
Revisen las fechas y horas de afluencia de los usuarios y revisen el proceso de venta de entradas. Con el fin de evitar colas interminables.
Establezcan unos criterios….además de las medidas de seguridad y de montaje de los restaurantes, unos criterios de salubridad. Es decir que cada cierto tiempo limpien las mesas, las barras, que el tipo de aceite y producto sea de unos estándares.
Que te entreguen el ticket de lo consumido y que de manera clara y visible aparezcan los precios de lo ofrecido.
Fui el segundo día que había abierto el PIN y gran parte de los plásticos que cubrían las barandillas, estaban rotos y tirados por los suelos, entorpeciendo y obstaculizando en algunos casos el transito a la atracción.
Soy optimista por naturaleza y suelo ver la botella medio llena, pero aquí señores…no vi ni la botella.
Por mi parte, si consideran que algo puedo hacer, no lo duden me pongo a su disposición
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