Me gusta mucho desayunar en casa pero siempre que no puedo hacerlo con mi familia, aprovecho la ocasión y me recorro aquellos bares o cafés donde por azar, recomendación o intuición me topo en el camino del quehacer diario. (Respira, vaya frase más larga)
Hoy ha sido uno de esos días y en la calle Ronda del Casco Viejo bilbaíno, me he metido en La Gernikesa que conserva el nombre de cuando parte de los autobuses y transportes unían Gernika con Bilbao. Un poco mas allá este El Gernikes otro local con solera en Bilbao. Pero no nos distraigamos y en esta calle Ronda que debe su nombre porque por ella hacían la ronda los guardianes cuando aquí había una muralla que rodeaba el Casco Viejo….Pero….no nos distraigamos, estábamos en La Gernikesa , y no confundir con La Gernikesa de la calle Hernani…Pues eso, no nos distraigamos, La Gernikesa de la calle Ronda Nº 1 es un bar para distraerse un montón, lo digo porque durante el rato que estuve disfrutando del buen café que me puso un camarero rudo un poco Adán y astroso, vi como alguno de los clientes soplaba un morapio de la casa que casi me hacía daño. Ver que a las ocho de la mañana en un bar se sirven mas vinos que cafés, no dejan de sorprenderme. Como no dejo de sorprenderme muy gratamente el croissant grande con gusto y aroma que despacio fui rematando en una esquina de La Gernikesa. Mientras la máquina tragaperras iba recaudando de un fulano que decía estar harto y cansado de llevar tanto tiempo en el paro. El soniquete de perdidas seguía, cuando entran tres jóvenes a los que no me hubiera sorprendido ver que piden unos Katxis, pero no…se pidieron dos colacaos y un cortaooo. Y así de distraído y disperso pase un rato mientras desayunaba y leía el periódico…La Gernikesa, hay que ir y vivirlo.
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