Un paseo por la calle que Bilbao no tiene (Primera parte) La calle del Amor
Cargado originalmente por LaVisitaComunicacion
Por qué hablar de amor, si parece que ya no se lleva? las canciones
que ya no escucho por la radio, entran en mis oídos por el diminuto
auricular que juega a caerse. Ajusto de nuevo y bajo el paso, en este
cruce que me confunde. No hay ningún cartel que me oriente y tengo
prisa por llegar, aunque se, que no llegare a la persona indicada, si
no dejo a la persona equivocada. No me arrepiento de nada, solamente
que hay cosas que no volvería hacer. Se me vuelva a caer el auricular
derecho cuando la canción entraba en una melodía suave que aminoraba
mi paso.
Voy por la avenida llena de hojas que con el frío me recuerdan que
seguimos en invierno, pero como decía mi abuelo, siempre, siempre,
siempre, después de un duro invierno, siempre llega la primavera. Y
aunque falta todavía mucho, no entendemos el valor de los momentos,
hasta que se han convertido en recuerdos. Las hojas secas en el suelo,
suenan al pisar con mis deportivas. El chasquido, ha roto y mientras
la música llega a una pausa hasta la siguiente canción que hará de
sordina en los oídos que conectan con mi pensamiento, prefiero que me
hiera la cruda realidad a que me envenene la mentira piadosa. Escupo
al suelo, como si con la saliva se fuera el veneno de este pensamiento
que Radio Futura me taladra con los auriculares y es que estas hecha
de plástico fino, dicen que tienes un aire divino, pero ahora prefiero
en mi plato la cruda realidad. Además, solo se vive una vez, y no
quiero desperdiciar mi tiempo estando triste. El amor no son palabras
bonitas, sino hechos que te lo demuestren y estoy hecho un lio. Sigue
el frio.
No quiero confundir la euforia con la felicidad y aunque contento
paseo mis dudas por estas calles cansadas como mi corazón, tengo una
mirada plana que resbala sobre las cosas; Todo y nada, siempre y
nunca. Me llamo Javier y veo como una rubia de bote explota bien sus
atributos físicos queriendo llamar mi atención. Tiene una melena
lacia, de un deslumbrante rubio que combina extraordinariamente bien
con sus lentillas de color mar. Su mirada es poderosa y supongo que
esa belleza debe proporcionar mucha seguridad.
Bilbao sigue bullicioso, contradictorio e incesante en su día, pero me
sigo moviendo gracias a la música de mis auriculares de manera
armoniosa y equilibrada entre el tiempo y el espacio. El enamorado
solo desea hablar de amor y es muy difícil estar enamorado y respetar
la independencia, por que el amor es dependencia.
LaVisita
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